El capital de trabajo es un elemento que permite conocer el balance empresarial, entre las obligaciones que la misma posee y sus activos.
Para la administración de cualquier empresa grande o pequeña, es necesario tomar decisiones que le permitan optimizar y elevar su productividad, por lo que conocer la capacidad financiera real es una tarea de mucha responsabilidad a fin de realizar las operaciones rutinarias de forma equilibrada.
En este sentido el gestionar eficientemente le permite a la empresa tener alguna ventaja con respecto a otras de su misma índole.
¿Qué es el capital de trabajo?
El capital de trabajo es la capacidad o potencial que tiene una empresa para operar, luego de cumplir con sus obligaciones. El mismo representará un excedente, que está conformado por su patrimonio o todos aquellos activos, inventarios, incluirá las cobranzas pendientes, que posee la empresa.
Estos recursos le brindan a la empresa la oportunidad de cubrir actividades fundamentales, tales como la adquisición de materia prima, cancelar nóminas y realizar otras inversiones pertinentes.
Todos estos activos deben poseer la capacidad de convertirse en efectivo de forma rápida, es decir a corto plazo.
En resumen, las ventas realizadas por la empresa constituyen el principio habitual del capital de trabajo, el cual es requerido para adquisición de bienes, acciones, reposición de inventarios entre otros.
¿Cómo se calcula el capital de trabajo?
Para el cálculo del capital de trabajo, se sustrae al activo corriente el pasivo circulante o corriente como también se le conoce, este resultado es conocido como capital neto de trabajo.
La fórmula para realizar este cálculo es la siguiente:
CT= AC-PC
Donde:
CT: Capital de trabajo.
AC: Son los activos corrientes.
PC: Corresponde a los pasivos corrientes.
Activos corrientes
En líneas generales los activos corrientes, tienen la característica de convertirse en dinero en menos de un año, es decir a corto plazo. Entre estos activos son de mucha importancia las acciones, las inversiones, el inventario las cuentas próximas a cobrar, es decir todo aquel valor que sea negociable a corto plazo y que le genere liquidez a la empresa.
Estos activos están clasificados en tres partidas, según su fluidez:
- Los activos disponibles: Las cuentas en los bancos, efectivo y otras inversiones.
- Los activos exigibles: Acá se consideran los derechos que tiene la empresa.
- Activo realizable: Corresponde a los inventarios, la materia prima entre otros.
- Activos negociables: Son aquellos valores que deben ser vendidos, según se coticen en la bolsa de valores, bien sean bonos o certificados.
Pasivos corrientes o circulantes
En cuanto a los pasivos más importantes tenemos las cuentas y obligaciones adquiridas pendientes por cancelar, las obligaciones con aquellos servicios que no se han cancelado pero que ya fueron recibidos, lo que se conoce también como pasivo acumulado.
Al ser mayores los activos corrientes de la empresa que sus pasivos circulantes podemos decir que existe un capital de trabajo neto.
A medida que exista una mayor diferencia entre los activos y los pasivos corrientes o circulantes será mayor la capacidad de la empresa para cumplir con sus obligaciones
¿Puede el capital de trabajo ser positivo o negativo?
En una empresa, este será positivo cuando sus activos corrientes sean mayores a sus pasivos corrientes. Por otra parte, su capital será negativo, cuando no existe equilibrio en el patrimonio empresarial. Sin embargo, esto no significará la quiebra de la empresa, pero si requiere que la misma gestione y desarrolle estrategias para que sus activos corrientes aumenten.
La correcta administración de este capital, es lo que permite que la empresa pueda cumplir de forma oportuna con los pagos u obligaciones adquiridos.
El capital de trabajo debe mantenerse en equilibrio, tanto el exceso como la insuficiencia resultan desfavorables para la compañía.
Equilibrio del capital de trabajo
El equilibrio del Capital de trabajo permite a la empresa:
- Protegerse durante procesos inflacionarios o devaluaciones.
- Poseer crédito con los proveedores de la empresa.
- Mantener inventario para cumplir con los clientes.
- Poner a disposición de los clientes condiciones favorables para otorgarles crédito.
El capital de trabajo le debe permitir a la empresa solucionar situaciones de emergencia, puede clasificarse en capital permanente y temporal.
Importancia de administrar el Capital de trabajo
El capital de trabajo está relacionado directamente con la capacidad que tiene la empresa para producir y manejar su efectivo, conocido como flujo de caja, es decir su liquidez.
El manejo correcto de los recursos de la empresa es fundamental, pues esto le permitirá mantenerse solvente.
Administrar el capital de trabajo implica la maniobrabilidad de sus activos y sus pasivos circulantes para mantener ambos a niveles aceptables, además amerita medir los recursos con los que la misma cuenta para seguir sus operaciones luego de haber cumplido con todos los pasivos a cancelar.
Toda empresa que logre trabajar con seguridad y eficiencia, podrá obtener éxito en sus gestiones, e este propósito se relaciona directamente con las decisiones que lleve a cabo durante la administración de los recursos físicos y los recursos financieros.